Este lunes empezó el juicio al intendente de Lonquimay, en una causa donde se investiga el delito de trata de personas y apañar el funcionamiento del prostíbulo «Good Night»también están acusados el exsubcomisario Carlos Alaniz (el único que hoy declaró), Eduardo Mauricio Fernández -dueño del local nocturno-, Carlos Eduardo Fernández y Brian Martín Saxs.

El debate se inició a las 8:30 horas. El tribunal está compuesto por los jueces Marcos Aguerrido, José Mario Truiputti y Pablo Díaz Lacava.

Alaniz fue el único que declaró en el inicio del debate.

Rogers y los Fernández ni aceptaron preguntas ni tampoco hicieron consideraciones, y dijeron que declarán en futuras audiencias.

Martin Saxs, de 25 años, no quiso preguntas y se limitó a decir que no buscaba ni traía mujeres al lugar, que allí cumplía funciones de «mantenimiento» y que ese trabajo lo hacía sentir «popular» frente a sus amigos: «Yo era pendejo, quería ser popular y que me vieran que estaba trabajando ahí. Era un pendejo boludo, no sabía lo que podía ser», dijo.

Describió su papel en «Good Night» como quien hacía «tareas básicas» entre las que enumeró «limpiar, barrer, estar en la barra, limpiar mesas, cortar el pasto, buscar leña, alcanzar bebidas, a veces hacer de portero, mozo, limpiar vasos…». «Sabía que había mujeres que trabajaban, mi relación con ellas era normal, buena, como de compañerismo. Pero jamás fui encargado, ni fui a buscar mujeres a ningún lado», se defendió.

El que sí habló un poco más fue el policía Alaniz, quien en primer lugar se declaró «inocente» y luego respondió algunas preguntas de los jueces y las demás partes.  Alaniz habló de «alternadoras» y no de prostitutas. «Las  jóvenes decían que servían copas, no que ejercieran la prostitución”, sostuvo. «¿Qué entiende usted por alternadoras?», lo interrogó el magistrado. «Que alternaban copas con gente», respondió el acusado. «¿Qué más?», insistió el juez. «Hasta ahí sé…», se limitó a contestar el expolicía.

También dijo que «las chicas circulaban libremente en el pueblo. Se las veía en comercios, en la perfumería, en la farmacia». Y que «a simple vista» no había signos de esclavitud o sometimiento.

Hoy también se conoció  la declaración de Liliana Abratte una de las denunciantes de la causa:

¿Se practicaba la prostitución en Good Night?, le consultó el juez Triputti a Liliana Abratte.

– Lo que yo escuchaba es que la gente del pueblo naturalizaba al cabaré. Decían que le daba el sustento económico a la localidad, que todo lo que se consumía se compraba en la localidad. Casi todos desconocerían lo que acontecía allí dentro. El cabaré estaba habilitado desde 2001 como salón de baile. El escándalo fue cuando el señor Fernández (el dueño) fue el Concejo Deliberante a hacer defensa de su negocio. Todo saltó a la luz cuando el intendente en la radio defendió a capa y espada la instalación del cabaré. El «salón de baile» ocultaba un prostíbulo.

Liliana Abratte trabajó entre 2008 y 2009 como administrativa en la comisaría de Lonquimay. Llegó allí adscripta desde el Instituto de Seguridad Social cuando a su entonces pareja, el médico Miguel Ángel Dufay, quedó a cargo del hospital local.

Así fue como un día, acomodando en una oficina, encontró una carpeta con copias de actas de exposición. «Ese día me temblaron las piernas», dijo. «Me puse a leer, quizá eso no se hace pero trataba de interiorizarme. Y encuentro un acta que radicaba un camionero, tipo 5 y media de la mañana, diciendo que había visto una menor en el cabaret, que era buscada por los medios y que era víctima de trata. Se llamaba Andrea Aguirre», dijo Abratte.

En realidad, quiso referirse a Fernanda Aguirre (ese dato figura en la causa), una chica entrerriana que desapareció en 2004 cuando tenía 13 años y se sospecha fue víctima de una red de trata de personas.

«Pregunté si se había investigado, y un cabo me dijo que no porque el camionero estaba alcoholizado», contó.

A partir de allí comenzaron sus sospechas. Dijo que le llamó la atención que cuando se presentó en la comisaría, Alaniz le dijo que la iban a necesitar «de noche, cuando algunas personas se portan mal». «Mujeres, pero no como usted, de otro nivel social», le amplió.

La otra testigo del día fue Jésica Maréa Belén Pérez Fassi, actual jefa del área de Trata de Personas de la Policía provincial. En 2009, cuando fue allanado «Good Night», era parte de la Brigada de Investigaciones.

Dijo que hacían controles periódicos en los locales comerciales y que en este caso particular «fue un allanamiento con acceso a todo el lugar». «Nos atendió uno de los encargados. En el patio encontramos una bolsa con preservativos. Había chicas pero no recuerdo quiénes ni la cantidad. La mayoría, como en general en todos lados, eran de afuera», describió.

Además, hallaron los libros donde se anotaban pases y copas.

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