La reconstrucción del hecho, que se hizo el 30 de agosto en el camino vecinal entre La Gloria y Lonquimay, fue la última actividad de la causa. Gendarmería recabó evidencias, entrevistó testigos y escuchó a los dos imputados.

Los peritos de Gendarmería que encabezaron la reconstrucción del hecho y realizaron las pericias en el caso de gatillo fácil de Lonquimay pidieron una semana más para entregar los resultados a la fiscala Cecilia Martiní, que lleva adelante la investigación. Según pudo confirmar El Diario, el informe final de las pruebas químicas, de balística y de la reconstrucción llegará a la Ciudad Judicial a principios de la semana próxima.

Los peritos de Gendarmería pidieron una ampliación del plazo para entregar las conclusiones hasta el próximo martes, 22 de noviembre. A partir de ese momento, Martiní tendrá sobre la mesa todos los elementos del caso para definir si acusa a los policías o dicta el sobreseimiento de alguno de ellos.

Hasta el momento, hay dos policías imputados, Norberto García, que quedó en libertad unos días después del hecho, y Fernando Safenreider, con prisión preventiva, y más comprometido porque se comprobó que solamente su arma fue disparada en el episodio que le costó la vida al cazador piquense Santiago Garialdi. En la escena del crimen se secuestraron ocho vainas servidas del arma reglamentaria de Safenreider.

La reconstrucción del hecho, que se hizo el 30 de agosto en el camino vecinal entre La Gloria y Lonquimay, fue la última actividad de la causa. Allí, los peritos de Gendarmería recabaron evidencias, se entrevistaron con testigos y escucharon las declaraciones en el lugar de los dos imputados. La fiscala Martiní confirmó en su momento que hubo “diferencias” en la versión de los dos uniformados.

Una de las cuestiones claves que definirá la pericia se relaciona con un impacto que tiene la camioneta policial en un parante. La defensa de los policías pretende afirmar que la Policía descargó una andanada de disparos porque antes los cazadores les habían tirado a ellos. Sin embargo, los cazadores que acompañaban a la víctima declararon que los policías les tiraron clavos miguelito y fueron atacados directamente.

A los policías los defiende el abogado José Mario Aguerrido. Por la querella de un cazador herido interviene el abogado Omar Gebruers.

En un principio, los policías se habían mantenido en silencio cuando estuvieron por primera vez frente a la fiscala. Están acusados de homicidio doblemente agravado -por ser policías y por usar un arma de fuego- como responsables del crimen ocurrido a las 20:30 horas del 24 de julio, en el cruce de dos caminos vecinales entre Lonquimay y La Gloria. La víctima recibió un disparo en la cabeza en la torreta de la camioneta de los cazadores.

La investigación recogió los testimonios de los tres cazadores que circulaban en la camioneta junto a la víctima, quienes declararon que los policías los emboscaron con las luces apagadas, tiraron clavos miguelito en la calle y los acribillaron a la pasada, sin siquiera haberles dado una orden de frenar el paso.

Junto a Garialdi iban el conductor, Andrés Casabonne (quien fue herido de un disparo en el glúteo), Mario Arroyo (dueño de la camioneta) y el joven Juan José Costilla (de 18 años). Garialdi iba en la torreta, donde habitualmente se ubica el tirador, junto al que manejaba el reflector. Los cazadores se movilizaban a bordo de una Ford F-100 de color gris, patente AWC 070, con vidrios polarizados.

El ministro de Seguridad, Juan Carlos Tierno, enfrentó varios pedidos de renuncia y una interpelación en la Legislatura provincial a partir del homicidio y otros casos de abuso policial. En medio de la investigación, se conoció un audio de fines de 2014 donde Tierno recomendaba a policías rurales hacer el “primer tiro al aire; el segundo, a la cabina” de los cazadores ilegales que encontraran. Sin embargo, conservó su puesto y fue respaldado por el gobernador, Carlos Verna.

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