Cuatro años después, el dueño y el RRPP del boliche comenzaron a ser juzgados. El hecho denunciado ocurrió durante la madrugada del 8 de abril del año 2012. El juicio es oral pero no público ya que las víctimas, en aquel momento, eran menores de edad e involucra un delito sexual.

Este lunes, desde las 8:30, comenzó en la Ciudad Judicial el juicio oral contra Eduardo César Ros, el propietario del boliche Babilonia -el negocio ya cerró sus puertas-, acusado por la presunta violación de una menor de dieciséis años, y relacionista Juan Martín Barreras, por el mismo delito, en perjuicio de otra joven de idéntica edad. El debate estaba previsto para el viernes pasado pero se postergó para hoy.

La fiscala del juicio es Cecilia Martiní y los jueces, Carlos Alberto Mattei, Carlos Alberto Besi y Gastón Boulenaz. Como defensores actuarán Sebastián País Rojo (Ros) y José Mario Aguerrido (Barreras), y el abogado Franco Catalani representará a la querella.

Las audiencias no serán públicas, ya que las víctimas eran menores de edad en el momento de la denuncia y además se ventilan detalles de un delito sexual. Está previsto que desfilen una veintena de testigos entre las audiencias de este lunes y el martes, y la próxima semana se leerán los alegatos.

En el primer tramo de la investigación, Barreras había sido beneficiado por un sobreseimiento. Pero el Tribunal de Impugnación Penal y, finalmente, el Superior Tribunal de Justicia apartaron a un juez y a un fiscal del caso y revocaron esa decisión. Los dos imputados llegan ahora al debate oral acusados por el mismo delito.

Según la acusación, Ros habría violado en su casa a una de las menores el 8 de abril de 2012, luego de que salieran del local bailable. Barrera habría mantenido relaciones sexuales con otra chica, en un contexto de vulnerabilidad en el que se encontraba ella.

Según las denuncias radicadas tanto en esa comisaría como en la Ciudad Judicial, las madres de las presuntas víctimas aseguraron que a las menores se les suministró gratuitamente bebidas alcohólicas, que ellas perdieron la noción de sus actos y que los imputados se aprovecharon de ese estado para abusar de ellas.

El hecho denunciado ocurrió durante la madrugada del 8 de abril de aquel año. Las dos menores de edad ingresaron al boliche Babilonia junto a varias amigas y se quedaron hasta que cerró sus puertas.

Luego, acudieron en automóvil a la casa de Ros (el dueño del local nocturno que estaba ubicado sobre la calle Pellegrini) en compañía de Barrera y allí mantuvieron relaciones sexuales con ellos.

Los padres de ambas adolescentes, al percatarse de su desaparición (debían ir a dormir a la casa de otra amiga), acudieron a la comisaría, radicaron la denuncia y comenzaron a buscarlas por toda la ciudad. Finalmente, las localizaron y acudieron a la vivienda del dueño del boliche, ubicada sobre la calle Escalante, escoltados por vehículos policiales.

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