Dos diputados de peso en el bloque adelantaron que no impedirán un llamado a interpelación del ministro de Seguridad tras el caso de gatillo fácil del domingo pasado. El Partido Justicialista suspendió la reunión que habían convocado para este lunes.
Juan Carlos Tierno aprovechó la semana para instalar que el gobierno provincial lo apoya sin miramientos tras el caso de gatillo fácil en el que murió Santiago Garialdi hace una semana. Con Verna de licencia, fue el único que se refirió a lo sucedido. Se ratificó en el cargo y minimizó el hecho.
Sin embargo, con el paso de los días, el partido gobernante dio señales en el sentido contrario. Al principio salieron a protegerlo o se negaron a hablar. El presidente de la bancada, Espartaco Marín, ratificó el dicho que afirma que “nadie saca los pies del plato” y sorprendió con un “el gobernador elige su gabinete. Soy legislador y lo defiendo a él y a todo su gobierno”. Si bien encierra un reproche por la responsabilidad de designar a su equipo, pidió que dejen actuar a la justicia y aclaró que no avalaba el accionar policial.
Al otro día, el diputado Roberto Robledo adelantó que él a título personal no se iba a oponer a la Interpelación y abrió la posibilidad a que otros siguieran el mismo camino. Ayer, la confirmación de que le van a exigir que rinda cuentas vino de la legisladora más cercana al gobernador, Alicia Mayoral: “cuando alguien está a cargo de la de Seguridad, sos responsable de lo que ocurre. Es cierto que el ministro Juan Carlos Tierno no puso el dedo en el gatillo, pero debemos saber qué es lo que pasó”, le dijo al diario La Reforma de General Pico.
Aunque resta conocer la opinión del propio Carlos Verna, el justicialismo no para de dar señales de acuse de recibo del golpe político que se infligió a si mismo con un ministro que reinstaló la mano dura y los procedimientos policiales ilegítimos o ilegales en la provincia.
Anoche se conoció que el Partido Justicialista no hará la reunión del Consejo Provincial y la suspensión quedó asociada de manera directa con la crisis generada por el funcionario que comienza a significar un lastre para una gestión que no había tenido mayores sobresaltos. Y la mayoría de los que tuvo, fueron con Tierno como protagonista.
Denuncias de apremios ilegales, detención de un ex dirigente gremial, de una periodista y la represión a vecinos de bonaerenses por el desborde del Río V. Apenas la declaración misógina de Ernesto Franco sobre las docentes a las que acusó de embarazarse en período lectivo para tomarse licencia, corrió al ministro de Seguridad de la vidriera permanente en la que se coloca producto de sus decisiones políticas en la flamante cartera que conduce desde diciembre del año pasado.
El jueves ingresará de manera formal para su tratamiento legislativo el pedido de interpelación y desde allí comenzará una cuenta regresiva para que Tierno se presente a dar cuentas por el asesinato del trabajador que salió a cazar liebres para mejorar sus ingresos mensuales.