«Encontramos un gobierno municipal fundido, con una planta de empleado mal distribuída, carecemos de equipamiento y personal para trabajar en la calle, la gente con más oficio se está jubilando y quedan empleados con poca capacitación. No es fácil revertir esto. Lo que recaudamos ni siquiera nos alcanza para pagar los sueldos y no nos queda dinero para invertir en la ciudad», contó.
Deuda de 200 millones
«Desde que hemos asumidos hemos ido revirtiendo la deuda con los proveedores locales. En los últimos días hemos recibido una intimación a pagarle el agua a Aguas del Colorado, porque se le debía desde 2013. Entre intereses y capital, la deuda es de 40 millones de pesos. Desde que asumimos hemos pagado dos o tres boletas, pero tenemos una deuda que supera los dos años. En total, sumando proveedores y anticipos de coparticipación, la deuda supera los 200 millones de pesos», reveló.
«Hicimos los deberes»
Destacó que su Gobierno ha hecho «los deberes desde el primer día», achicando gastos y mejorando los ingresos. «Aumentamos las tasas, que hacía dos años que no se ajustaban, y día a día se fueron corrigiendo las cosas. Lo más acuciante es la emergencia sanitaria. Nos encontramos con que la ciudad ni siquiera tenía un proyecto de un plan director, y eso lleva tiempo y plata».
Soluciones a futuro
«Lo que no se puede ver ahora, se está encaminando para resolver los problemas de la ciudad para que por 20 o 30 años no tengamos inconvenientes. Tenemos una ciudad colapsada y no se entiende mucho por qué: hay partes que tienen que ver con falta de inversiones por obras obsoletas, pero también hay colapso en la ciudad por obras nuevas, donde las redes están mal hechas. Hemos sumado negligencia, obsolescencia y falta de equipamiento», afirmó.