Contó que el día anterior, es decir, el 21 de mayo, discutieron porque él había subido unos videos a Facebook teniendo sexo con otra mujer. «Se lo reclamé y me enojé porque en el mismo lugar había fotos donde decía que me amaba», dijo.
El 22 de mayo ambos estaban en la casa y Sclavuno le propuso por qué no salían a dar una vuelta. «Me dijo que vaya yo y al final salí sola. Volví, me quedé con él tomando un café y luego me fui a dormir a las 2 o 3 de la mañana. En ese momento su teléfono recibió mensajes y era otra vez el Facebook conectándose con mujeres. Me puse a llorar y me dijo que lo perdone. Me pidió un beso, yo no se lo di y se puso violento», relató la mujer.
El ataque
«Me pare y salí corriendo. Tuve la suerte que al portón se le había roto la cerradura y estaba abierto. Sentí la nafta encima y que él corrió unos metros. Llegué hasta la ruta como pude. Me refugié en una ferretería y le pedí al empleado por favor que me prestara un teléfono. Llame a la oficina (de la casa de alarmas que tenían con Gallinger), me atendió la administrativa y le pedi que me diera con Matías, mi hijo. Le dije que me viniera a buscar. Me escondí en una garita de micros. Fuimos a la comisaría y de ahí nos mandaron al hospital de Toay, donde me dieron calmantes», dijo la mujer.
«No le quise decir nada a mi hijo porque tenía miedo que fuera con mis otros hijos a buscarlo. Y a la policía le conté una parte porque estaba mi hijo enfrente», afirmó.
«Muy intimidante»
La mujer aseguró que Gallinger «con empleados y clientes era violento» y recordó que una vez «se agarró a piñas» con un oficial de justicia.
Recordó que cuando la llamó desde su lugar de tención, le dijo: «Ya vas a ver lo que te va a pasar».
«Todos le tienen miedo a Roberto, es una persona muy intimidante», afirmó. «No tengo ninguna duda que me quiso matar», aseguró.
«¿Por qué quisiste matarla?»
Antes del inicio del debate, la madre de Sclavuno, sentada entre el público, se paró y le gritó al acusado: «¿Roberto, porqué quisiste matar a mi hija si ella era tan buena con vos?».
Turnes, en tanto, adhirió a las palabras del fiscal y solicitó que también se lo acuse defemicidio en grado de tentativa.
La defensora de Gallinger, Vanesa Ranocchia, rechazó las acusaciones, dijo que hubo una «discusión matrimonial» donde «no hubo amenazas ni agresiones» y aseguró que su defendido «lejos de ser un homicida, es un depresivo con tendencia a la autoagresión y al suicidio».
«Ha habido una sobreactuación de la denunciante, tendiente a lograr despojar a Gallinger de sus bienes», afirmó Ranocchia.
Gallinger -dueño de Texcen Alarmas, que está detenido desde el momento del hecho- está acusado de amenazas con arma impropia, intento de homicidio doblemente agravado y amenazas simples.
En la noche del día 22 de mayo de 2015, Gallinger discutió con Patricia Beatriz Sclavuno, en la vivienda que comparten en la calle Calandria de localidad de Toay. Luego, empujó a Sclavuno y le sustrajo y le rompió su teléfono celular. Posteriormente le arrojó chorros de nafta con intenciones de prenderla fuego.
Sclavuno logró calmar a Gallinger y dormir en habitaciones separadas, hasta que a las 19 horas del 23 de mayo de 2015, volvieron sobre la discusión anterior y Gallinger le dio una patada a Sclavuno. En ese momento decidió denunciarlo.