Los envases estarán en el fondo del río durante un año, a unos 7 metros de profundidad. La experiencia busca investigar la potencialidad de este sistema de añejamiento, promocionar la práctica del buceo y visibilizar un poco más las oportunidades que brinda el río Colorado y ese rincón del territorio pampeano.

Aunque esta vez el equipo que sumergió las botellas fue un poco más reducido, el grupo de amigas y amigos que promueve esta iniciativa sigue intacto. Se trata de una quincena de personas, profesionales en su mayoría, muchos de ellos docentes universitarios, que se aglutinaron a partir de la propuesta del buzo Claudio Ramírez de armar una «cava subacuática» en territorio pampeano.

«El sábado 6 de mayo redoblamos la apuesta de lo que hicimos el año pasado, y esta vez sumergimos 288 botellas», detalló Claudio Ramírez, un buzo y docente de Casa de Piedra que está al frente de esta propuesta. «Lo hicimos conjuntamente con la escuela Acqua Pampa Buceo, dirigida por su gran instructor, Gustavo Suárez, que vino con Cali y con Andrés, también buzos de su escuela», agregó.

El año pasado, el equipo sumergió una cava de 72 botellas; este año, cuadruplicó la apuesta: depositó cuatro cavas de 72 botellas cada una, es decir, un total de 288 envases.

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