Tras una larguísima negociación política y económica, el Gobierno y la empresa farmacéutica Sinopharm cerraron un contrato comercial para proveer vacunas chinas a la medida de las necesidades del plan oficial diseñado para enfrentar la pandemia del COVID-19.
Ahora todo está en manos de la ANMAT: cuando autorice la aplicación de la vacuna china, se firma formalmente el contrato y se prepara el envío de un millón de dosis desde Beijing a Buenos Aires.
La Casa Rosada calcula que ese primer embarque llegará hacia fines de febrero. El 12 comienza el Año Nuevo Chino y toda la burocracia estatal se detiene por diez días corridos. Cuando este período festivo concluya, y la ANMAT anuncie la aprobación, Sinopharm autorizará la remisión del millón de dosis hacia la Argentina.
Cada vacuna china cuesta 40 dólares -son dos dosis- y Sinopharm proveerá a la medida de los pedidos ordenados por el Ministerio de Salud. Beijing pretendía un contrato por 30 millones de dosis, una oferta que era rechazada por Balcarce 50 por su cantidad y el valor altísimo de cada vacuna.
Beijing pretendía un contrato por 30 millones de dosis, una oferta que era rechazada por Balcarce 50 por su cantidad y el valor altísimo de cada vacuna.