Desde hace tiempo circula falsa información de que el dióxido de cloro y el clorito de sodio curan enfermedades, entre ellas la COVID-19.
Esa desinformación ya habría causado la muerte de un niño en Neuquén y de un hombre en Jujuy y dos intoxicaciones graves en Mendoza.
La Asociación Toxicológica Argentina y otras instituciones científicas han advertido que la ingesta de esos químicos, emparentados con la lavandina común, no sólo no combaten ninguna patología, sino que es perniciosa para la salud.
La falsa información que se ha hecho viral sobre los supuestos beneficios para la salud que conlleva el consumo de dióxido de cloro o el clorito de sodio ya habría causado al menos dos muertes, una en Neuquén y otra en Jujuy, y dos casos de intoxicación severa en Mendoza.

En Plottier, provincia de Neuquén, un niño de 5 años entró a la guardia del hospital de esa ciudad con un paro cardiorespiratorio, según indica el comunicado oficial del Ministerio de Salud provincial. Poco menos de una hora después ya había fallecido. Ante la consulta con los familiares, ellos explicaron, según consta en el documento oficial, que el día anterior el niño había consumido dióxido de cloro.

En el caso de Jujuy, un hombre llamado Juan Andrés Ríos, de 51 años, falleció el martes 11 de agosto en la localidad de San Pedro, luego de beber una solución de dióxido de cloro, según explicó su hermana, Gloria Ríos.

En declaraciones a RedDES, la mujer contó que su hermano padecía un fuerte cuadro gripal y adquirió un producto conocido como CDS (dióxido de cloro), que un hombre de la zona promociona en las redes como cura para diversas enfermedades.

Gloria Ríos explicó que su hermano ingirió un litro y medio del producto durante dos días hasta que el martes 11 presentó un fuerte cuadro de vómitos y cólicos hasta que falleció a las 11.

Agregó que al cuerpo no se le hizo autopsia y que ese mismo día a las 17 el médico forense de la Policía de Jujuy extendió un certificado de defunción donde figura como causa del deceso paro cardiorespiratorio por posible COVID-19. Una hora y media después, a las 18.30 fue enterrado con los protocolos previstos para casos de COVID-19.

La mujer señaló que tanto ella como el resto de su familia atribuyen la muerte de su hermano al consumo del dióxido de cloro.

En Mendoza, el doctor Sergio Saracco, jefe del Departamento de Toxicología del Ministerio de Salud de esa provincia, confirmó a RedDES que dos mujeres, de 36 y 33 años, se presentaron en mayo y julio respectivamente, en centros asistenciales privados con severos cuadros digestivos vinculados con el consumo de dióxido de cloro.

“Ambos casos están presentados en una revista científica para su publicación”, señaló el especialista, quien disertó sobre los riesgos del dióxido de cloro en una charla organizada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El Ministerio de Salud de la Nación emitió ayer un comunicado en el que recordó que la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de COVID-19 u otras enfermedades, no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte del Ministerio para su comercialización y uso”, y agregó: “La ingesta de dióxido de cloro puede causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”.

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