El hecho ocurrió el 10 de diciembre del año pasado. La lectura de sentencia se realizará el próximo día lunes 29 de junio a las 12:00 horas.

Los representantes del Ministerio Público Fiscal, Armando Agüero, Verónica Campo y Damián Campos, pidieron este viernes a la mañana prisión perpetua para Ramiro Lázaro Pino, de 24 años, y Gastón Ezequiel Quintero, de 19 años, por el doble asesinato de Jacinto Atilio Tallone (79 años) y Héctor Ceferino Lapettina (88 años) ocurridos el 10 de noviembre de 2019 en la localidad de Rancul.

Los defensores oficiales son Walter Vaccaro, en representación de Pino, y Mauro Fernández, en representación de Quintero. Ambos solicitaron la pena de 13 años de prisión.

La lectura de sentencia se realizará el próximo día lunes 29 de junio a las 12:00 horas.

Debate

El juicio por el doble crimen de Rancul se inició esta semana en la Sala 1 del Edificio Judicial de General Pico. Está a cargo de un Tribunal Colegiado presidido por el juez Carlos Federico Pellegrino junto a María José Gianinetto y Marcelo Luis Pagano.

Los representantes del Ministerio Público Fiscal son el fiscal general Armando Agüero y los fiscales María Verónica Campo y Damián Campos. Por su parte, los defensores oficiales de los imputados son Walter Vaccaro en representación de Pino y Mauro Fernández por el imputado Quintero.

Las audiencias se desarrollaron de manera presencial sin asistencia de público, respetando las medidas de seguridad sanitaria.

En los alegatos de apertura, la fiscala Campo ratificó que probaría que el día 10 de noviembre del año pasado, los imputados Ramiro Pino y Gastón Ezequiel Quintero se encontraron en un local bailable de la localidad de Rancul, salieron de allí alrededor de las 6 de la mañana junto a la pareja de ese momento de Quintero. “Se dirigieron a comprar más bebidas alcohólicas, terminando el recorrido a las 8 de la mañana aproximadamente en la casa de la pareja de Quintero”, recordó.

Y detalló “de ese lugar salieron Quintero y Pino, con la excusa de comprar pollo en la pollería, y fueron hasta la casa de Jacinto Tallone. Le golpearon la puerta y, en cuanto Tallone abrió la puerta, arremetieron contra él a golpes, lo mataron a golpes (le generaron fractura de cráneo), lo ahorcaron. Revisaron toda su casa, se llevaron algunas herramientas, algún dinero que el señor tenía en su bolsillo y antes de irse dejaron abiertas las llaves del gas, con la intención de asegurarse totalmente la muerte de Tallone”.

“No conforme con ello, salieron de allí y se fueron hasta la casa de Ceferino Lapettina, que está a 500 metros de la casa de Tallone y repitieron la historia. Le golpearon la puerta, esperaron a que este abriera, Lapettina también abre la puerta y, en idéntica manera en que Tallone, es arremetido a golpes, lo matan a golpes, le fracturan la base del cráneo y no conformes con eso también lo ahorcan. Luego revisan la vivienda y sustraen una caja con herramientas, algunos billetes que estaban fuera del curso legal, unas monedas y su teléfono particular”, señaló la fiscal.

Luego Campo agregó que “los imputados salen del domicilio de Lapettina, se van caminando hacia la casa de Ramiro Pino, donde almuerzan. De allí se van a la casa del señor Lucero y le piden auxilio a este -sin informarle que se estaban escapando- y finalmente Suarez y Lucero los llevan hasta la localidad de Realicó, donde son aprehendidos por personal policial”.

Los representantes del Ministerio Público Fiscal acusaron a ambos imputados por el delito de “homicidio doblemente agravado por las circunstancias del art. 80 inc. 2 y el art. 80 inc. 7 en relación al art. 164 – dos hechos-, en concurso real“; y, alternativamente, la calificación de ”homicidio en ocasión de robo -dos hechos-, en concurso real”.

La fiscal campo aclaró en su alegato que, en el marco de las facultades del nuevo Código Procesal Penal, las partes acordaron no discutir durante el debate los movimientos de los acusados, previos y posteriores a los homicidios. Lo que si se debatirá será la forma de ocurrencia de los hechos en sí (los dos robos y homicidios) y las calificaciones legales correspondientes.

Testimonios

La primera testigo de la jornada inicial fue el oficial de guardia en la Comisaría de Rancul, Franco Rodolfo Peralta, quien recibió el llamado del hijo de Ceferino Lapettina, Jorge Lapettina, que le comentó que otra persona de apellido Quiroga había visto salir de la casa de su padre a dos masculinos “con un televisor en la mano y escondiéndose cosas en los bolsillos”. Acudió al lugar y encontró a la víctima tirada en el piso, por lo que llamó a la ambulancia.

Luego declaró Héctor Jorge Lapettina, hijo de una de las víctimas, quien recordó que estaba en Parera y recibió un llamado donde le dijeron “llamá a la policía que le están robando a tu viejo”.

Luego fue el turno de Walter Raúl Quiroga, amigo de Lapettina y su hijo, quien pasó en auto por la casa de Lapettina y vio a ambos imputados y le pareció “muy raro que estaba el televisor de Lapettina en la vereda”. Llamó por teléfono a uno de los hijos de Lapettina.

La cabo Viviana Vanesa Muñoz, vecina de Lapettina, recordó que estaba de franco y le pidieron acercarse a la casa para ver si había una mudanza o se trataba de un robo.

Vanesa Vanina Tula, vecina de Rancul, testimonió que esa mañana pasó por la calle de Lapettina y ubicó a los acusados en la escena. “Me los encuentro a los dos de frente”, recordó la testigo.

Artuto Juan Tallone, hermano de Jacinto Atilio Tallone, reconoció elementos de su hermano y relató cómo se enteró del robo y de la muerte su familiar en la clínica de Realicó.

El testigo Oscar Alfredo Lucero, quien recibió a Quintero y Pino en su casa, contó que cerca del mediodía Quintero y Pino llegaron a su casa y le pidieron su teléfono para llamar a un remis. “Yo no estaba enterado de absolutamente de nada”, aseguró. Llamó a Sergio Suarez y viajaron a Realicó “los cuatro: Suarez, yo y los dos chicos estos”. “Nosotros nos enteramos en Realicó lo que había pasado”, insistió en referencia a Suarez y a él.

Finalmente compareció el dueño del auto que los trasladó hasta Realicó, Sergio Antonio Suarez, quien recordó que recibió el llamado desde el teléfono de Lucero, atendió y era Ramiro Pino que le dijo le pidió que lo lleve a Realicó “a ver una mina” y luego regresaría. El remisero llevó a Quintero, Pino y Lucero. Quintero y Pino se bajaron en una casa de barrio y ellos se fueron a almorzar a lo de un amigo de Lucero.

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