En los ’90 se gestó un movimientro de rechazo a los remates que sufrían pequeños chacareros y chacareras. Lo lideraron las mujeres y tuvo su germen en La Pampa, donde Lucy de Cornelis y Joaquina Morena fueron referencia central.

«Pan tierra trabajo / Remates al carajo» cantaban aquellas mujeres que sacudieron el mapa en la Argentina. Hace 25 años se conformaba el Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha, un espacio que nació desde las bases, para resistir el avance del capitalismo que se llevaba las tierras de pequeños chacareros y chacareras, y que germinó en La Pampa.

Lucy de Cornelis y Joaquina Moreno fueron dos de sus impulsoras y referentes principales en nuestra provincia. Evitaban los remates de las pequeñas propiedades con una bandera argentina y cantando el Himno. Pelearon duro y parejo en todo el país y también en la provincia, donde les tocó enfrentarse al gobierno provincial marinista, claramente alineado con el menemismo.

«Poníamos el cuerpo y el con el Himno Nacional Argentino como única arma, luchábamos contra el aparato estatal, judicial y financiero», recuerdan hoy aquellas mujeres.

Elaboraron un documento para que no se pierda la historia de «la gesta del Movimiento de Mujeres en Lucha», con el aporte de referentes de Santa Rosa (La Pampa) Rosario y La Plata.

«El escenario diseñado por el plan de Convertibilidad del año ’91, la reforma del Estado y su total desmantelamiento a todo nivel, con privatizaciones, desregulaciones, despidos y apertura indiscriminada de la economía (plan que empezó a pergeñarse en el golpe de estado del ’76) unido al bajo precio de los cereales y el alto endeudamiento de los pequeños y medianos productores, para lograr la tan vapuleada ‘eficiencia’ fue el caldo de cultivo para el nacimiento del Movimiento», refrescaron.

«Nosotras éramos mujeres sencillas, que lo único que teníamos en claro, era todo lo que el modelo nos hacía perder: las herramientas, las tierras, la producción, las familias… y hasta la vida en algunos casos, donde compañeros abrumados por el endeudamiento, llegaron a quitarse la vida», indicaron.

Tras una época de asambleas, reuniones, militancias, «fuimos uniéndonos, encontrándonos en las diferencias, conociéndonos, debatiendo, equivocándonos también, a lo largo de tantísimos remates parados en todo el país, enfrentando desalojos injustos y también más injustos encarcelamientos, también fuimos espiadas».

«Al mismo tiempo -remarca el documento difundido en estas horas- íbamos desarrollando la más profunda solidaridad como emblema, con la misma fuerza y convicción con la que comprendíamos en profundidad la esencia de nuestras desdichas. Empezamos a comprender, que ‘el campo’ así concebido, no existe. Que a pesar de que no hay mas remates, avanzó la concentración de la tierra, de la producción, del poder de los grandes grupos de inversión, de los pooles de siembra, que de censo a censo desaparecen cada vez mas chacareros y pequeños productores».

«Y en ese camino, fuimos calando en profundidad la esencia el sistema (y que la pandemia puso tan en claro): 70.000.000 hectáreas en manos de 4.000 personas y el 37% de la población viviendo en el 3% del territorio. Sumémosle a eso 114.000 argentinos con un patrimonio neto superior a los 1.000.000.000 de dólares», ejemplificaron.

«A lo antedicho le sumamos miseria en las grandes ciudades, despoblamiento del interior, falta de trabajo. Falta de vivienda, de agua, de alimentos. Esa es la pobreza estructural. Un ecosistema en vías de destrucción, futuras pandemias que nos acechan (mientras no aprendamos, lo que la naturaleza a gritos, nos está diciendo)», agregaron.

«Pero soplan nuevos vientos. Es cierto que tenemos una gran incertidumbre; también es cierto que estamos en otro momento de nuestra historia, donde la humanidad está en el centro de la escena, donde nos sentimos orgullosas de pertenecer a un pueblo, que toma la solidaridad como forma de vida, donde por fin podemos empezar a discutir los grandes temas que hacen a nuestro destino como Nación», indican.

Aluden a las medidas necesarias en esta hora: «El impuesto a las grandes fortunas. La nacionalización de la banca. El comercio exterior. Distintos programas hacia una reforma agraria integral. Y donde a pesar de haber transcurrido 25 años, donde muchas no están con nosotras, pero por eso mismo y para quienes necesariamente deberán tomar la posta, deberán saber, que ¡por un millón de chacras! Es el destino buscado, perseguido y merecido, de tantos y tantas, hombres, mujeres y jóvenes en nuestro querido suelo».

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